DIÁLOGO
ENTRE BRÍGIDA Y DON JUAN TENORIO
BRÍGIDA: ¡Bah! Pobre garza enjaulada,
dentro la jaula nacida,
¿qué sabe ella si hay más vida
ni más aire en que volar?
si no vio nunca sus plumas
del sol a los resplandores,
¿qué sabe de los colores
de que se puede ufanar?
No cuenta la pobrecilla
diez y siete primaveras,
y aún vírgen a las primeras
impresiones del amor,
nunca concibió la dicha
fuera de su pobre estancia,
tratada desde la infancia
con cauteloso rigor.
Y tantos años monótonos
de soledad y convento
tenían su pensamiento
ceñido a punto tan ruin,
a tan reducido espacio
y a círculo tan mezquino,
que era el claustro su
destino
y el altar era su fin.
“Aquí está Dios la dijeron;
y ella dijo: “Aquí le adoro”.
“Aquí está el claustro y el
coro”
Y pensó: “No hay más allá”.
Y sin otras ilusiones
que sus sueños infantiles,
pasó diez y siete abriles
sin conocerlo quizá.
DON JUAN ¿Y está hermosa?
BRÍGIDA: ¡OH! Como un
ángel
DON JUAN: Y la has dicho…
José Zorrilla
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