jueves, 2 de julio de 2015

Poetas del Grupo Cero


LOS QUE SE QUEDARON

Tiempos extraños, lejanos de perfumes y cabellos al viento
la edad pasó en horas congeladas y tardes de tedio,
corriendo por las avenidas al ulular de las sirenas
que enfriaban las hojas de los árboles,
antaño reverdecidas de sol y sacrilegios
cometidos en crueldades sin nombres,
sólo lápidas de mármol convertidas
en blancas banderas de rendición.

¿Qué demonios arrojaban azufre sobre los adoquines,
apisonados rectángulos prisión de hierro y piedra
que partía los solitarios cuerpos de los jóvenes,
enrojecidos, tristes de sangre de crepúsculos y muerte anticipada,
que congelaba el alma?

En los exilios pienso… y quedo detenida en el espacio,
y desciendo en silencio los escalones del despojo,
y mi carne no responde ya al estremecimiento
y abandonada yerra por laberintos ciegos
lejos de cualquier sueño.

Cómplices del silencio, del crimen, de la hoguera,
nos quedamos mirando los frentes de las casas
sin ángeles pintados, sin olor a glicinas,
con gorriones de luto y un  otoño  empalideciendo
la vida de los que no partimos, sin saber por qué causa
la escarcha y el glaciar mantienen la distancia

Después la noria continuó girando
pero no pudo con los lechos urgentes robados a la luna
que saben a agonías
con las sonrisas detenidas en bordes de locura,
y pieles desmayadas en frentes apretadas por latidos estériles
con vapores de espanto.

No pudo con lo inútil del un llanto,
un llanto de fantasmas que atravesaba sombras
en regiones de mausoleos de ónix,
donde esta vez el ave se quedó de tutela durmiendo de costado.

Norma Menassa
De “Grafitis en el cielo


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