SED DE AMORES TENÍA…
Sed de amores tenía, y
dejaste
que la apagase en tu boca,
¡piadosa samaritana!
Y te encontraste sin honra,
ignorando que hay labios
que secan
y que manchan cuando tocan.
¡Lo ignorabas!... y ahora
lo sabes,
pero yo sé también,
pecadora
compasiva – porque a veces
hay compasiones
traidoras--,
que si el sediento
volviese
a implorar misericordia,
su sed de nuevo apagaras,
samaritana piadosa.
No volverá, te lo juro:
desde que una fuente
enlodan
con su pico esas aves de
paso,
se van a beber otra.
Rosalía de Castro
Cuadro: Edvard Munch
precioso poema de Rosalía, valiente
ResponderEliminar