martes, 17 de octubre de 2017

CANCIÓN DEL DIOS DE LA FORTUNA - Bertolt Brecht


 
CANCIÓN DEL DIOS DE LA FORTUNA

 
(dedicada a M.S.)

 
 
Amigos, cuando os echo los dados
sucede que me dan escalofríos
pues al malo le basta con el nervio,
pero el sincero necesita suerte.

 
Y, siento eso así, en mi oficio
se dice, darse prisa
te estira las manos; en una pezuña
nada puedo escanciar.

 
Con mi vista engañosa
a menudo he regalado al traidor
vino y pan blanco, y comida con carne
se ha desperdiciado en ese tipo.

 
Me mato trabajando hasta que toso y sudo
y no logro hacerle feliz;
ando buscando el chiste más picante
pero él no logra reír.

 
Entre nosotros, me gusta tomar partido
a favor de los espíritus inquietos;
les regalo con una mueca un huevo podrido
y entonces encuentro a mi maestro.

 
Ay, para la vida me encanta suministrar
un barco y no sólo un puerto.
¡Amigos, no sólo no aceptéis a ningún amo,
sino tampoco a ningún esclavo!
 

Amigos, luego os haré gracias con vuestras penas
y cicatrices elegantes con vuestras heridas.
Sí, los descarados, esos
son mis clientes preferidos.
 

Amigos, soy un Dios barato
¡y hay tantos caros!
Si a ellos les sacrificáis las uvas del tarro,
¡sacrificadme a mí solo el vinagre!

 
Bertolt Brecht

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario