ESPANTAPÁJAROS
Ya en mi alma
pesaban de tal modo los muertos futuros
Que no podía
andar ni un solo paso sin que las piedras reve-
laran
sus entrañas.
¿Qué gritan y
defienden esos trajes retorcidos por las
exhalaciones?
Sangran ojo de
mulos cruzados de escalofríos.
Se hace
imposible el cielo entre tantas tumbas anegadas de
setas
corrompidas.
¿Adónde ir con
la ansias de los que han de morirse?
La noche se
desploma por un exceso de equipaje secreto.
Alabad a la
chispa que electrocuta las huestes y los rebaños.
Un hombre y
una vaca perdidos.
¿Qué nuevas
desventuras esperan a las hojas para este
otoño?
Mi alma no
puede ya con tanto cargamento sin destino.
El sueño para
preservarse de las lluvias intenta una alquería.
Anteanoche no
aullaron ya las lobas.
¿Qué espero
rodeado de muertos al filo de una madruga-
da
indecisa?
Rafael Alberti
España 1902-1999
De libro “Sermones y
moradas”
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