lunes, 2 de septiembre de 2013

Tiempo de estío: el verano, el mar, la playa...

Monte y Mar

Desde las esmeraldas
donde el sol pace sueños de castaños
y los rastrojos gualdas
cortan la cabellera de los años,
donde la tierra guarda sus redaños

de cristales y enciende alabastros en llamas policromas,
mi pluma moja e hiende
el jaspe de su tinta de palomas
y de rocas de mar arranca poemas.

Y para ti, serrana
pabellón del cuartel de nuestra vida,
mi rebaño se afana
en romper el redil y la guarida
y hacia ti encaminarse la salida.

Y aquí estás, toda y una,
alas de arcángel, sangre de sirena,
piel de seno de luna,
voz de cristal de inagotable vena,
llena de ardor y en el ardor serena.

De la sierra a los mares,
el cántaro de cobre de tu gracia
relumbra en los ijares
del caballo andaluz que corre hacia
el mar de sangre azul de aristocracia.

Tierra que galopea,
corre y trota y remoja sus arreos
en piscina febea,
no llora por Genil ni por Egeos,
porque su mar culmina sus deseos.

Con alondras de oro
la noche en la marisma abre su capa
de torero azul moro
y con la seda la testuz empapa
de la luna bicorne, grande y guapa.

Y en la fiesta de suma
realización del palanquín del sueño,
es tu gracia de espuma
el fajín de color, del cielo dueño,
único vencedor en el empreño.

Las jacas de tus ojos,
alazanas de amor en feria clara,
--feria de soles rojos—
en el campo de abriles de tu cara,
por tus mejillas van triscando jara.

Y estos valles de palios
donde las hojas llueven amatistas,
y rubidios, y talios,
y esmeraldas de pálidas aristas,
entre nubes sin sol guardan sus vistas.

Porque tú, la serrana de mi tierra,
abre tu boca-risa,
la corola del sol rauda se cierra,
en celajes, de prisa,
mientras de gloria tuya el mar se irisa.

Rogelio Buendía
España  1891-1969
“Guía de jardines, 1928”

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