LAS DOS CARAS DE MI ROSTRO
Cuerpos
celestes en la lejanía
abstractos,
pintorescos,
desfavorecidos
de ira.
Faz
de invierno,
de
nieve en el crucifijo,
invención
en la ropa,
cansancio
en las uñas.
Rostro
desmaquillado,
cariátides
de silencio,
gritos
despavoridos,
pirámide
en el lienzo,
diseminados
festones
de
silencio.
Genio
apacible,
corazón
desmedido,
pintura
de albatros,
manos
inexorables.
Pertinaz
y astuta sombra
que
un día se hizo dueña
de
los humildes harapos
regados
por el ángulo
de
la llana y exhausta
línea
de la esencia.
Esther
Núñez Roma
Cuadro: Pablo Picasso pintado por Carlos Fernández
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