miércoles, 9 de noviembre de 2016

A SOLAS SOY ALGUIEN


A SOLAS SOY ALGUIEN

 
A solas soy alguien.
En la calle, nadie.

 
A solas medito,
siento que me crezco.
Le hablo a Dios. Responde
cóncavo el silencio.
Pero aguanta siempre,
firme frente al hueco,
este su seguro
servidor sin miedo.

 
A solas soy alguien,
valgo lo que valgo.
En la calle, nadie
vale lo que vale.

 
En la calle reinan
timbres, truenos, trenes
de anuncios y focos,
de absurdos peleles.
Pasan gabardinas,
pasan hombres “ene”.
Todos son como uno,
pobres diablos: gente.

 
En  la calle, nadie
vale lo que vale,
pero a solas todos
resultamos alguien.

 
A solas existo,
a solas me siento,
a solas parezco
rico de secretos.
En la calle, todos
me hacen más pequeño
y al sumarme a ellos,
la suma da cero.

 
A solas soy alguien,
valgo lo que valgo.
En la calle, nadie
vale lo que vale.

 
A solas soy alguien,
entiendo a los otros.
Lo que existe fuera,
dentro de mi doblo.

 
En la calle, todos
nos sentimos solos,
nos sentimos nadie,
nos sentimos locos.

 
A solas soy alguien.
En la calle, nadie.

 
Gabriel Celaya

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