lunes, 28 de julio de 2025

LOS COLEÓPTEROS DE LAS RUINAS

 

LOS COLEÓPTEROS

DE LAS RUINAS

 

Estos negros filósofos huraños,

de fuertes patas y de antenas finas,

gozan la verdad de nuestros años,

lascivos en sus ansias masculinas.

¡Extraños,

los coleópteros de las ruinas!

Tienen fuertes artejos

los tentáculos largos de sus patas.

Con ellos trepan por los muros viejos

y pos los troncos de estas pobres matas.

Entre los torreones derruidos,

sobre la calma de las aguas muertas

del foso, en las alturas dominantes,

estos negros y fieros

guerreros de corazas quitinosas

surcan las piedras tristes

y las hierbas humildes de las grietas

con el desdén infatuo que las cosas

que andan sienten por las cosas quietas.

Y el abdomen, curvado

con la elegancia de una mandolina,

lo llevan revestido e indurado

por una negra capa de quitina,

que, sin otra armazón que les proteja,

les provee de escudo y de loriga,

sin que romperlo al combatir consiga

el aguijón agudo de la abeja

ni las fuertes maxilas de la hormiga.

Y sus hembras hermosas,

aún más curvadas elegantemente,

se entregan al amor voluptuosas

con una languidez adolescente.

Ocupación: la lucha en el verano,

con  un adarme de filosofía

cuando por el invierno el viento vano

gime en el torreón su sonería.

Anárquicos, desdeñan los progresos

del moderno y brutal colectivismo

con una religión: la de los besos;

con un solo ideal: el de sí mismo.

Así pasan la vida estos huraños

filósofos de eclécticas doctrinas.

¡Extraños,

los coleópteros de las ruinas!

 

Dámaso Alonso

Cuadro de Miguel O. Menassa

 

sábado, 26 de julio de 2025

PRELIMINAR DEL MIEDO

 


PRELIMINAR DEL MIEDO

 

Por sobre las terrazas alunadas

donde se aman cautelosamente los gatos

y los brillos esquivan las chimeneas

creo que nadie sabe lo que yo sé esta noche

algo aprendido a pedacitos y a pulsaciones

y que integra mi pánico tradicional modesto

¿cómo desmenuzar plácidamente el miedo

comprender por fin que no es una excusa

sino un escalofrío parecido al disfrute

sólo que amarguísimo y sin atenuantes?

Los suicidas no tienen problemas al respecto

deciden derrotarse y a veces lo consiguen

entran en el miedo como en una piragua

sin remos y con rumbo de cascada

son los descubridores del alivio

pero la paz les dura una milésima

tampoco los homicidas se preocupan mucho

limitan el miedo a una coyuntura

desenvainan la furia o aprietan el gatillo

y todo queda así simplificado y yerto

pero los demás o sea los que venimos

tironeados por la maravilla

y perseguidos por el horror

los demás o sea los compinches de la duda

los candorosos los irresponsables

los violentos pero no tanto

los tranquilos pero no mucho

los deportados de la buena fe

los necesitados de alegría 

los ambulantes y los turbados

los omisos de la vanguardia

los atrasados de la vislumbre

ésos qué haremos con el mundo

sino asediarlo a escaramuzas

desmenuzarlo con las uñas

extinguirlo con el resuello

desmantelarlo a mordiscones

hacerlo trizas con la mirada

dar cuenta de él con el amor

estrangularlo.

 

Mario Benedetti

Cuadro: "Muecas de luz" de Miguel O. Menassa

viernes, 25 de julio de 2025

EL POETA

 


EL POETA

 

Para ti, que conoces cómo la piedra canta,

y cuya delicada pupila sabe ya del peso de una

montaña sobre un ojo dulce,

y cómo el resonante clamor de los bosques se

aduerme suave un día en nuestras venas;  

 

para ti, poeta, que sentiste en tu aliento

la embestida brutal de las aves celestes,

y en cuyas palabras tan pronto vuelan las poderosas

alas de las águilas

como se ve brillar el lomo de los calientes peces

sin sonido:

oye este libro que a tus manos envío

con ademán de selva,

pero donde de repente una gota fresquísima de

rocío brilla sobre una rosa,

o se ve batir el deseo del mundo,

la tristeza que como párpado doloroso

cierra el poniente y oculta el sol como una lágrima

oscurecida,

mientras la inmensa frente fatigada

siente un beso sin luz, un beso largo,

unas palabras mudas que habla el mundo finando.

Sí, poeta: el amor y el dolor son tu reino.

 

Vicente Aleixandre

Cuadro: "Poeta encandilado" de Miguel O. Menassa

jueves, 24 de julio de 2025

LA IMAGINACIÓN ABRE SUS VERTIGINOSAS TRAMPAS

 


LA IMAGINACIÓN ABRE SUS VERTIGINOSAS TRAMPAS

 

Ahora entre tú y yo hay un mantel rasgado

-el albatros doméstico abatido en mitad de su inocente vuelo-

que adquiere de repente la forma de un glaciar,

una casa que avanza con las luces trizadas y un cuchillo

clavado en el costado

y se funde y no es más que un reguero miserable de lágrimas

sin reversión y sin destino,

sin ningún tribunal al que apelar como no sea al juicio de la muda intemperie

-¿y para qué? ¿y para quién la indignidad de un centro

[sobre tierras baldías?-,

y en el que aún es posible distinguir,

separando las nieblas afanosas de los últimos años,

escenas que iluminaron como lámparas los rincones del alma

con un fulgor insomne que será en adelante la inextinguible luz de la condena dondequiera que me acompañe la tiniebla,

dondequiera que husmeen nuestros perros huellas de paraísos ya perdidos,

osarios indefensos del amor,

como en esas ciudades fundadas cada vez sobre la sal

[de nuestros sacramentos,

aquellas que venían a ver salir el sol en nuestro pan y la luna en nuestro vino,

y que alzan aquí, ahora, entre los dos,

sus bellísimos rostros mutilados por el rayo implacable

[de la extremaunción,

esos muros que corren deslizando la sombra de un abrazo hacia jamás,

a lo largo de calles que son en este día calles para salir,

sólo para salir irremisiblemente,

lo mismo que aquel negro laberinto en torno de la fuente

[de Viterbo,

el anuncio sombrío,

como la floración errónea en el jardín

y la ráfaga de murciélagos triunfando sobre un ciclón de

[cartas desgarradas

que exhalan todavía un sollozo final que fue canción,

antes de consumirse en ese pentecostés con llamas de

[exterminio

-¡tanta alquimia al revés!-

y caer como cae una llovizna de oro trasmutada en cenizas

[y en adiós

en estas habitaciones donde tan sólo bajan las mareas

arrastrando monedas desgastadas,

objetos que perdieron definitivamente su nombre y su sentido,

despojos imprecisos atados con las guirnaldas rotas de la fiesta

-todo lo que ya es inventario de polvo, reclamo de naufragio,

allá, en las canteras vertiginosas de la resurrección-,

alrededor de unas inciertas ropas confundidas que se inflan de pronto

y dejan escurrir nuestros cuerpos de arena por la desgarradura de este mismo

mantel,

irreparable para siempre, desde ahora.

 

Olga Orozco

Cuadreo: "Meterse en el corazón de la ciudad" de Miguel O. Menassa

 

martes, 22 de julio de 2025

FRANJA DE TIERRA

 

FRANJA DE TIERRA

 

Estoy buscando lentamente una franja de tierra.

¡Lo único que necesito!

Es para mi final trabajo agrícola.

Agricultor yo fui, sembrada trigo.

Mas antes elegía el terreno adecuado,

el más rico

en reservas de carbono y potasa,

el más noble, el más limpio,  

para que el arado penetrara

como el amor en el pecho de un hombre sencillo.

Así, después de tantas bregas y ultrajes,  

de tanto haber vivido,

de haber sembrado inmensas extensiones

echándoles sudor por regadío,

estoy buscando una franja de tierra, una tan sólo.

¡Es el instante! Lo he sentido.

Cambian las formas insensiblemente.

Hay más solemnidad en la luz y en los ruidos.

Con vegetal sabiduría,

la busco en un valle pacífico.

Lo demás no importa: ni el sol ni la lluvia

ni el frío.

Es para un trabajo misterioso

que no puedo dejar inconcluido:

el de la conjunción de un hombre con su tierra.

¡Y estoy listo!

 

Gabriel Celaya

Cuadro: "Génesis II" de Miguel O. Menassa

 

martes, 15 de julio de 2025

SUBAMOS A LA VIDA

 


SUBAMOS A LA VIDA

 

¡Ea! ¡Aprisa subamos a la vida

la cada vez más empinada cuesta!

Empújame, dolor, y hállame luego

en su cima fantástica y desierta.

No, mi amante ni amigo

allí podrá seguirme;

¡Avancemos… ¡Yo ansío de la muerte

la soledad terrible!

Mas ¡para qué subir? Fatiga inútil

cuando es la vida fatigosa llama,

y podemos, ¡poder desventurado!

Con un soplo levísimo apagarla.

Ruge a mis pies el mar, ¡soberbia tumba!

La onda encrespada estréllase impotente

contra la roca y triste muerte el día

como en el hombre la esperanza muere.

¡Morir! Esto es lo cierto,

y todo lo demás mentira y humo…

Y del abismo inmenso un

cuerpo sepultóse en lo profundo.

Lo que encontró después posible y cierto

el suicida infeliz, ¿quién lo adivina?

¡Dichoso aquel que espera

tras de esta vida hallarse en mejor vida!

 

Rosalía de Castro

Cuadro: "Dueño de su vida y de su muerte" de Miguel O. Menassa

 

 

jueves, 10 de julio de 2025

DATE

 


DATE

 

Para el vértigo interior

para ahogar el soliloquio

¡Salta!

¡Salte de ti mismo!

Mira en torno

no hay abismo, 

-no hay abismo

como el tuyo

en ti metido-.

Ebro,

abre la ventana de la casa,

tírala por la ventana,

hiere,

ara,

la tierra espera

y ese que pasa.

Desenciérrate.

¡Salte!

¡Salta!

De contento o júbilo

-la oveja vale si bala-

-la abeja vale si vuela-

ve,

de vecino a vecino

de patio a almena,

pregunta aconseja date

–nunca por vencido-

¡Salta!

¡Salte de ti mismo!

Tu amargura será miel,

tu monólogo canción

y tu lóbrega campana

cascabel!

¡Salta, salte

que te esperan

ella o él!

 

Gloria Fuertes

Cuadro de Miguel O. Menassa

 

miércoles, 9 de julio de 2025

ALIENTO

 

ALIENTO

 

El hálito del poema apaga todas las bujías del mundo.

No hay más fósforos en el cielo ni en los bolsillos del viento

Hay el poeta y algo grande en torno suyo

Los astros del destino nadan sin ruido.

Su aliento propulsor cambia la vida

Arrastra témpanos y borrascas encima del tiempo

Sus ojos leen la eternidad

Sus manos abren la puerta de las estrellas desconocidas

Y él espera arriba de la escala

Él solo ante el absoluto

 

Un astro gira

Una campana suena

Una campana lanza sus dados sobre los destinos

Entre los hombres

Descienden pasos al fondo del alma

El azar cae sin emoción de los dedos celestes

Los arroyos desembocan en el corazón

Los ríos desembocan en los ojos

El infinito en la palabra

La palabra desemboca en la boca

En la lengua donde ele cielo se acuesta

La eternidad se escapa por la ventana

Un misterio se realiza en el espacio

Los lazos se rompen los mares se desatan

Un mundo nuevo va a nacer

 

El pecho el azar la eternidad

El aliento del poema alumbra el incendio de los cielos que al fin

(han comprendido su verdad)

 

Vicente Huidobro

Cuadro: "Allí te espero" de Miguel O. Menassa

domingo, 6 de julio de 2025

LUTO

 


LUTO

 

En solo una noche brotó de mí

subió, creció el árbol de luto,

empujó los huesos, abrió las carnes,

su cogollo llegó a mi cabeza.

Sobre hombros, sobre espaldas,

echó hojazones y ramas,

y en tres días estuve cubierta,

rica en él como de mi sangre.

¿Dónde me palpan ahora?

¿Qué brazo daré que no se luto?

Igual que las humaredas

ya no soy llama ni brasas.

Soy esa espiral y esta liana

y este ruedo de humo denso.

Todavía los que llegan

me dicen mi nombre, me ven la cara;

pero yo que me ahogo me veo

árbol devorado y humoso,

cerrazón de noche, carbón consumado,

enebro denso, ciprés engañoso,

cierto a los ojos, huido en la mano.

En una pura noche se hizo mi luto

en el dédalo de mi cuerpo

y me cubrió este resuello

noche y humo que llaman luto

que me envuelve y que me ciega.

Mi último  árbol no está en la tierra

no es de semilla ni de leño,

no se plantó, no tiene riesgos.

Soy yo misma mi ciprés

mi sombreadura y mi ruedo,

mi sudario sin costuras,

y mi sueño que camina

árbol de humo y con ojos abiertos.

En lo que dura una noche

cayó mi sol, se fue mi día,

y mi carne se hizo humareda

que corta un niño con la mano.

El color se escapó de mis ropas,

el blanco, el azul, se huyeron

y me encontré en la mañana

vuelta un pino de pavesas.

Ven andar un pino de humo,

me oyen hablar detrás de mi humo

y se cansarán de amarme,

de comer y de vivir,

bajo de triángulo oscuro

falaz y crucificado

que no cría más resinas

y raíces no tiene ni brotes.

Un solo color en las estaciones,

un solo costado de humo

y nunca un racimo de pilas

para hacer elfuelo, la cena y la dicha.

 

Gabriela Mistral

Cuadro: "Amor ante la muerte" de Miguel O. Menassa

 

 

viernes, 4 de julio de 2025

VOCES

 

VOCES

 

He llegado a un paso de todo. Y aquí me quedo, lejos de todo, un paso.

Mirando las nubes he visto que mi pensamiento no tiene su cuerpo solamente en mi cuerpo.

Todos los soles se esfuerzan en encender tu llama y un microbio la extingue.

Más llanto que llorar es ver llorar.

El hombre es aire en el aire y para ser un punto en el aire necesita caer.

Porque te quiero bien, quisiera poder hacerte creer cuanto yo he dejado de creer.

¿Habría este buscar eterno si lo hallado existiese?

No me das nada. Porque cuando nada te pido, no me das nada.

El dolor no nos sigue: camina adelante.

Arrancamos a la vida la vida, para con ella, verla.

Cuanto no puede ser, casi siempre es un reproche a cuanto puede ser.

Tu mano me basta, porque me cubre todo y no es transparente.

Has venido a este mundo que no entiende nada sin palabras, casi sin palabras.

Quien se queda mucho consigo mismo, se envilece.

Algunas cosas me he resignado tanto a no tenerlas que ya no me resigno a tenerlas.

Percibimos el vacío, llenándolo.

Dios le ha dado mucho al hombre; pero el hombre quisiera algo del hombre.

Cuando todo está hecho, las mañanas son tristes.

El ir derecho acorta las distancias, y también la vida.

Todo lo creado, sólo es lo que tú puedes crear con todo lo creado.

 

Antonio Porchia

Cuadro: "Cruces en lo oscuro" de Miguel O. Menassa

jueves, 3 de julio de 2025

DESNUDO Y PARA SIEMPRE

 

DESNUDO Y PARA SIEMPRE

 

Errática,

sin vino,

profesional del fósforo,

cuando tú

haciendo un remolino de ilusiones,

con ese estruendo del laurel,

desnudo y para siempre entraste bajo el agua.

 

Un poco desasida,

como mirándome los pies,

cuando tú,

domingo rápido,

parada del vidrio,

hincase el baño con tu gesto de animal profundo.

 

El agua,

ay,

quedó colgando entre mis ojos y tu carne

como una telaraña,

desnudándote más.

Entendida por el demonio,

bárbara,

tuve un acceso de locura,

un punto apenas de explosión atómica,

un apogeo del clavel preciso

y creí.

 

(Creer es desear tu sexo y darle de comer a una paloma)

 

se fue cayendo

la mañana.

El vicio de la estrella

saliendo así de entre tus párpados

era la luz que

yo he llamado lágrima;

relámpago que empieza aquí y después de verle

no morimos.

 

Carilda Oliver Labra

Cuadro: "Cuerpos entrelazados" de Miguel O. Menassa

miércoles, 2 de julio de 2025

LOS OJOS

 


LOS OJOS

 

Descansa, Maestro, pues estamos cansados, muy cansados,

y sentiríamos los dedos del viento

sobre estos párpados que se nos cierran

húmedos y pesados como el plomo.

 

Descansa, hermano, pues ¡mira! ¡fuera está el alba!

La llama amarilla ha empalidecido

y la cera se derrite lentamente.

 

Libéranos, pues afuera hay hermosos colores,

el verde del musgo y el color de las flores,

y frescor bajo los árboles.

 

Libéranos, pues perecemos

en esta monotonía que no cesa

de feas marcas de impresión, negras

sobre el blanco de los pergaminos.

 

Libéranos, porque hay alguien

cuya sonrisa es más valiosa

que todo el viejo saber de tus libros,

y nos gustaría contemplarla.

 

Ezra Pound

Cuadro: "Los ojos del sueño" de Miguel O. Menassa

lunes, 30 de junio de 2025

HACIENDO TRAZOS




HACIENDO TRAZOS 



A veces me entretengo haciendo trazos

sobre el papel. Las rayas

como flechas se cruzan en el aire

blanco de la cuartilla. Ráfagas

son, borrando ahora caminos

que decididamente roturaban.

Y me enmimismo tras el laberinto

de líneas que me arrastran

y voy perdiendo pie, voy sumergiéndome

en su terrible nada,

en su desconcertante paradigma

de desorientación o vida o racha

de destino. Me pierdo. Soy un ciego

sobre el papel, que es mi papel, mi carta

de navegar sin rumbo, mi retrato,

mi desesperación, mi historia hallada

y perdida de nuevo y para siempre

porque no soy sino una inútil raya

que viene y va, dibuja jeroglíficos

de dolor y amargura y esperanza

y abre precipitantes galerías

hacia el vacío y tuerce rápidamente.

Cae al abismo de una pena

tan absolutamente innecesaria

como las remontadas alegrías

que sin porqué de vez en vez escala.

No soy más que este absurdo, este dibujo

sin razón y sin causa.  

 

Jamás completaré un solo rectángulo,

nunca estará la curva bien cerrada.

Mi vida entera es este lapicero

corriendo a un lado y otro, soy la marca

de un grafito tedioso; me revela

este ininteligible cardiograma.

No tengo rostro, ni figura, nadie

me reconoce, ni mi nombre habla

por mí. Soy solamente zigzagueo

enrevesado, inútil de unas rayas

que una mano cruelmente ovillea

en una triste página.

 

Leopoldo de Luis

De “Reformatorio de adultos” con “De aquí no se va nadie” 1971

Cuadro: "Para que algo nazca" de Miguel Oscar Menassa

 

 


jueves, 26 de junio de 2025

CUANDO SOBREVENÍA EL ABURRIMIENTO

 


CUANDO SOBREVENÍA EL ABURRIMIENTO

 

Cuando sobrevenía el aburrimiento

nos tendíamos en la arena con los niños

a la espera de nuestros buenos pescadores.

 

Todo era fácil en la tierra del sol.

 

Sin embargo el mar en tiempo del otoño

echaba sobre nuestros hombres su mirada

llamándolos a unirse con él y para siempre.

 

 

No te embarques en las desoladas mañanas

cuando siento en mi corazón la sudestada

cuando golpea contra mi cabeza el viento sur.

 

Sin hombres nuestro destino sería diferente.

 

Miguel Oscar Menassa

Cuadro: "La barca del olvido" de Miguel O. Menassa

miércoles, 25 de junio de 2025

LA JAULA



LA JAULA

 

Afuera hay sol.

No es más que un sol

pero los hombres lo miran

y después cantan.

 

Yo sé la melodía del ángel

y el sermón caliente

del último viento.

Sé gritar hasta el alba

cuando la muerte se posa desnuda

en mi sombra.

 

Yo lloro debajo de mi nombre.

Yo agito pañuelos en la noche

y barcos sedientos de realidad

bailan conmigo.

Yo oculto clavos

para escarnecer a mis sueños enfermos.

 

Afuera hay sol.

Yo me visto de cenizas.

 

Alejandra Pizarnik

Cuadro de Miguel Oscar Menasssa