domingo, 3 de noviembre de 2024

EL CORAZÓN EN CASA

 

 


EL CORAZÓN EN CASA

 

No levantan la mirada. No hay nada

más que el aliento gris

que emanan sus marrones,

un resuello que va esperando arriba

y les deja rendidos al asfalto.

Ni sueñan: no hace falta. Ni recuerdan.

Ni desde luego intentan

elevar su plegaria a las alturas.

 

¿Dios qué puede ofrecerles?

¿Qué puede ofrecer a nadie un mendigo

que va pisando charcos sin ser visto?

 

Pequeños, sometidos,

al ritmo de unas músicas paganas

y en una ratonera de edificios,

celebran naderías.

Mientras sigan rodando los días con sus noches

y no vuelvan a descubrir el cielo,

será mejor así: los párpados caídos

y el corazón en casa.

 

Leopoldo Alas Mínguez

Cuadro: "Una luz en casa" de Miguel Oscar Menassa

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