viernes, 8 de noviembre de 2024

ÁRBOLES HOMBRES



ÁRBOLES HOMBRES

 

Ayer tarde,

volvía yo con las nubes

que entraban bajos rosales

(grande ternura redonda)

entre los troncos constantes.

 

La soledad era eterna

y el silencio inacabable.

Me detuve como un árbol

y oí hablar a los árboles.

 

El pájaro solo huía

de tan secreto paraje,

sólo yo podía estar

entre las rosas finales.

 

Yo no quería volver en mí,

por miedo de darles

disgusto de árbol distinto

a los árboles iguales.

 

Los árboles se olvidaron,

de mi forma de hombre errante,

y, con mi forma olvidada,

oía hablar a los árboles.

 

Me retardé hasta la estrella.

En vuelo de luz suave,

fui saliéndome a la orilla,

con la luna ya en el aire.

 

Cuando yo ya me salía,

vi a los árboles mirarme.

Se daban cuenta de todo

y me apenaba dejarles.

 

Y yo los oía hablar,

entre el nublado de nácares,

con blando rumor, de mí.

Y ¿cómo desengañarles?

 

Juan Ramón Jiménez

Cuadro: "Älamos de plata" de Miguel Oscar Menassa


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