JACTANCIA DE QUIETUD
Escrituras de luz embisten
la sombra, más prodigiosas que meteoros.
La alta ciudad inconocible
arrecia sobre el campo.
Seguro de mi vida y de mi
muerte, miro los ambiciosos y quisiera entenderlos.
Su día es ávido como el
lazo en el aire.
Su noche es tregua de la
ira en el hierro, pronto en acometer.
Hablan de humanidad.
Mi humanidad está en
sentir que somos voces de una misma penuria.
Hablan de patria.
Mi patria es un latido de
guitarra, unos retratos y una vieja espada,
la oración evidente del
sauzal en los atardeceres.
El tiempo está viviéndome.
Más silencioso que mi
sombra, cruzo el tropel de su levantada codicia.
Ellos son imprescindibles,
únicos, merecedores del mañana.
Mi nombre es alguien y
cualquiera.
Paro con lentitud, como
quien viene de tan lejos que no espera llegar.
Jorge Luis Borges
Cuadro: "De antiguas fragancias" de Miguel O. Menassa
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