miércoles, 18 de junio de 2025

BUSCO UNA ENFERMEDAD QUE NO ME ACABE


 

BUSCO UNA ENFERMEDAD QUE NO ME ACABE

 

Busco una enfermedad que no me acabe

sino el dolor constante de la vida:

algo para fingir que estoy dormida

detrás de este temblor de escarcha grave.

 

Busco una agua cósmica que lave

la lágrima terrible que me oxida;

busco el morir distinto, y voy herida

de una pena vulgar que nadie sabe.

 

Y así me marcho, sonriendo a todos,

luminosa de gracia y desventura,

con el secreto horror hasta los codos;

 

callándome en el verso y en la prosa,

para que escriban en mi tierra dura:

Esta mujer ha muerto de dichosa.

 

Cariada Oliver Labra

Cuadro: "Por nacer" de Miguel O. Menassa

 

martes, 17 de junio de 2025

EL ÁNGEL

 


EL ÁNGEL

 

Me he levantado,

he cubierto mi mesa con su tapete verde

y me he sentado cuidadosamente a deshojar

esta pequeña flor. Todo empezaba así.

Todo menos la muerte,

menos la vida,

el amor o el

odio.

Todo empezaba así,

la pasión de morir,

de vivir,

de amar, de odiar.

Oscuro jugador,

frente a mí el ángel

con su terrible luz,

su espada,

su abrasadora verdad.

Yo tenía solamente una flor.

Al sí y al no

jugaba contra el ángel,

jugaba al sí y al no,

al siempre, al todavía.

Pero tú conocías,

adversario cruel,

todas mis suertes.

Nada te delataba,

separado de mí

por una mesa

con su tapete verde,

una pequeña flor,

toda la muerte.

Fue larga la velada.

Al fin me diste un nombre.

Yo tenía una flor,

tú una espada de fuego. Yo

la sola libertad de querer tu victoria.

 

José Ángel Valente

Cuadro de Miguel O. Menassa

 

lunes, 16 de junio de 2025

PÁLIDA CIUDAD



PÁLIDA CIUDAD

 

Es ésta una ciudad donde el invierno

se despide con estos plumosos del otoño

y los semáforos

confunden puertos y ciénagas, con su luz.

Húmeda recorro la piel del que duerme destinos ocultos.

Pálida ciudad

hoy no amaré a nadie

vine a morir.

Cuando el sol cae cobarde y lentamente

no deseo verdor

sólo estas notas lentas.

En la desolada ciudad tuve un amigo

con una piedra en forma de lagarto

latiendo en el centro de su cuerpo.

Vivimos juntos en medio del asombro.

La guerra, aguas y espejos

y pequeños relámpagos.

Mi padre espera en la ciudad terrible

cruzó todas las puertas para morir

cavando una zanja o plantando soles

o ardiendo de noche mientras atravesaba a nado alguna

acequia.

Mi padre es triste las tardes de domingo

cuando miramos del brazo interminables túneles

y vuelve a confesar que me ama

que ama mi ciudad.

Muere mi padre muerto, tornado de mi brazo.

Nunca hubo realmente reinos

y el poder era música,

olvidaré al abuelo indio azotado hasta morir

y ése

ciertamente

es mi gesto de tristeza.

 

María Chévez

Cuadro: "Deseo los colores" de Miguel O. Menassa