lunes, 16 de junio de 2025

PÁLIDA CIUDAD



PÁLIDA CIUDAD

 

Es ésta una ciudad donde el invierno

se despide con estos plumosos del otoño

y los semáforos

confunden puertos y ciénagas, con su luz.

Húmeda recorro la piel del que duerme destinos ocultos.

Pálida ciudad

hoy no amaré a nadie

vine a morir.

Cuando el sol cae cobarde y lentamente

no deseo verdor

sólo estas notas lentas.

En la desolada ciudad tuve un amigo

con una piedra en forma de lagarto

latiendo en el centro de su cuerpo.

Vivimos juntos en medio del asombro.

La guerra, aguas y espejos

y pequeños relámpagos.

Mi padre espera en la ciudad terrible

cruzó todas las puertas para morir

cavando una zanja o plantando soles

o ardiendo de noche mientras atravesaba a nado alguna

acequia.

Mi padre es triste las tardes de domingo

cuando miramos del brazo interminables túneles

y vuelve a confesar que me ama

que ama mi ciudad.

Muere mi padre muerto, tornado de mi brazo.

Nunca hubo realmente reinos

y el poder era música,

olvidaré al abuelo indio azotado hasta morir

y ése

ciertamente

es mi gesto de tristeza.

 

María Chévez

Cuadro: "Deseo los colores" de Miguel O. Menassa

 


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