CUANDO ASEDIEN TU FAZ CUARENTA
INVIERNOS…
Cuando asedien tu faz
cuarenta inviernos
y ahonden surcos en tu
prado hermoso,
tu juventud, altiva
vestidura,
será un andrajo que no
mira nadie.
Y si por tu belleza
preguntaran,
tesoro de tu tiempo
apasionado,
decir que yace en tus
sumidos ojos
dará motivo a escarnios o
falsías.
¡Cuánto más te alabaran en
su empleo
si respondieras: -“Este grácil
hijo
mi deuda salda y mi vejez excusa”,
pues su beldad sería tu
legado!
Pudieras, renaciendo en la
vejez,
ver cálida tu sangre que
se enfría.
William Shakespeare
Cuadro: "Como una catarata de carne" de Miguel O. Menassa
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