sábado, 18 de enero de 2025

LA ECONOMÍA ES UNA CIENCIA

 


LA ECONOMÍA ES UNA CIENCIA

 

En el decenio que siguió a la crisis

se notó la declinación del coeficiente de ternura

en todos los países considerados

o sea

tu país

mi país

los países que crecían entre tu alma y mi alma

de repente duraban un instante y antes de irse

o desparecer dejaban caer sábanas

llenas de nuestros sexos

que salían volando alrededor como perdices.

¿Quiere decir que cada vez que hicimos el amor

dejábamos nuestros sexos allí,

y ellos seguían vivitos y coleando como perdices suavísimas?

Qué raro, mirá que lavábamos las sábanas

con subordinación y valor

para que los jugos de la noche pasada

no inauguraran el pasado

y ningún pasado pusiera una oficina entre nosotros

para ordenarnos el hoy

porque el alma amorosa es desordenada y perfecta

tiene mucha limpieza y lindura

se necesita todo un Dios para encerrarla

como le pasó a Don Francisco

que así pudo cruzar el agua fría de  la muerte.

Es bien raro eso de nuestros sexos volando

pero recuerdo ahora que cada vez que o entraba en tu sexo

y me bañaban tus espumas purísimas con impaciencia

y dulzura y valor

me parecía oír un pajarerío en el bosque de vos

como amor encendiendo otro amor,

o más, es cierto que cada vez nuestros sexos resucitaban

y se ponían a dar vueltas entre ellos

como maripositas encandiladas por el fuego

y se querían morir de nuevo

buscando incesantemente la libertad

y había un país entre la vida y la muerte

donde todo era consolación y hermosura

y no poseíamos nuestro corazón

y nuestros sexos se perdían como almas en la noche

y nunca más los volvíamos a ver para entender

estudio los índices de la tasa de inversión bruta

los índices de la productividad marginal de las inversiones

los índices de crecimiento del producto amoroso

otros índices que es aburrido hablar aquí

y no entiendo nada.

La economía es bien curiosa

al pequeño ahorrista del alma lo engañan en Wall Street

los sueldos de la ternura son bajos

subsiste la injusticia en el mercado mundial del amor,

el aprendiz está rodeado de nubes que parecen elefantes,

eso no le da dicha ni desdicha

en medio de las razones

las redenciones

las resurrecciones.

Se lleva el alma a la nariz para sentir tus perjúmenes

estoy viendo volar los pajaritos que te salían del sexo

mejor dicho

de más allá todavía

de todo lo que valías

brillabas

o eras

y dabas como jugos de la noche.

 

Juan Gelman

Cuadro: "Reproducción automática" de Miguel Oscar Menassa

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