ENCRUCIJADAS
Desde temprana edad
los dioses me destinaron
a las encrucijadas.
Así mi vida ha sido la
constante bifurcación de los caminos.
Escoge –me dicen— puedes tener
esto o aquello.
Dejarás uno si quieres
tener lo otro.
Y he tenido que escoger
manzanas, serpientes
la inocencia, el
conocimiento
la ternura o la madurez
el vientre o el corazón.
Duros han sido los
jardines de los “senderos que se bifurcan”
misteriosos y oscuros
y nunca he sabido si
realmente la sabiduría
guió mis pasos.
No se ensayan en la vida
las alternativas.
Creí que mis días de
desgarramientos
no serían más que memorias
para encender el color de
mi difícil felicidad.
Pero como otras veces
no calculé los designios
ni supe leer las entrañas
del cordero de los sacrificios.
No entendí la carta que
anunciaba el Carruaje,
ni acepté el significado
de la carta
del amor.
Heme aquí otra vez
acumulando fuerzas para no
equivocar
la puerta de los futuros
posibles.
Heme aquí con la pregunta
a cuestas
y las perspectivas del
abismo.
Heme aquí de nuevo
haciendo decisiones de
muerte.
Gioconda Belli
Cuadro: "Miradas en la cumbre" de Miguel Oscar Menassa
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