viernes, 19 de abril de 2013

Homenaje a Carlos Fernández

Bachiller

Y era de madera de tarima,
pájaro sobre ajedrezado suelo
repicando sobre la cal salda
alegres cantos y lluvias de amistad.

Olores de ébano,
fantasías de gigantes
y bragas en cada picaresca mirada
componían lienzos sin marco cada mañana.

La remilgos, don tristezas,
carapito, el salido, la pecas,
pececillo, el sardinilla, pepepótamo
qué algarabía, cuántos proyectos de vida.

Músculos, sudor,
lágrimas y tropezones sobre
piel de añoranzas y furtivos padres
vigilantes del otoño.
Papel de alergias
bigotes de mandarín
y aeropuertos en el aire
y aquella muchacha
tan morena, tan dulce
¡ah! y la directora qué
elegante pero qué estúpida.

Y los exámenes y aquel día,
el accidente mortal.

Derrumbe de cúspides
sobre un epicentro de mitosis
en erupción y arcadas de rabia
y danza de retinas buscándonos
compañeros todos en la oscuridad
del golpe asesino, de la desgracia
presente en el estrado.

La luctuosa pizarra nos abrazaba
y el polvo nos envejeció,
se acabó el bachiller
calendario de jeroglíficos
el apellido rubricó nuestros nombres
y los amigos comenzamos
selva de trigo en abejas multiformes
pasos de abismos
en noches de nostalgia,
la despedida.

Carlos Fernández del Ganso
Del libro “Contando piedras”
Poema leído por Esther Núñez

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