UNA NUEVA CASTA
Miserias que posee la
lejanía, arman la imposibilidad de mirar lejos.
Ritmo lento e inesperado
de una voluntad verdadera.
Y así, es lícito aspirar
lo que vuelve, pasar por alto lo que muere.
Se trata de liberar
aquella imagen donde la náusea ha
perdido el derecho que
reclama el escritor,
sus últimas esperanzas,
sus iluminaciones.
Conceptuales innovaciones
que van del símbolo al concepto.
Imperceptible óptica
generosa hacia toda negación.
Primavera de nadie, la
sombría seriedad del peligroso laberinto,
atestigua el profético
tono jovial.
Exasperado preludio
aguardando la luminosidad
salvaje del futuro.
Iluminada osadía del
propio autor.
Letra aún no escrita.
Sentimientos morales que
no tienen los sabios
eluden enfrentarse a la fórmula
del sí mismo que han divulgado.
En la escena final,
otorgan poder a sus discípulos.
Es a ellos a quienes
llenarán de tesoros aunque no estén cerca.
A ellos esperarán, para
ellos hablarán,
hasta que surja en su
propio asombro una nueva casta.
Lucía Serrano
Cuadro: "Los siglos venideros" de Miguel O. Menassa
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